¿Se considera usted un adorador de Dios? Muchos cristianos que pudieran responder"sí" a esta pregunta son, de hecho, no adoradores de Dios del todo.
El más grande ejemplo bíblico de un verdadero adorador es visto en la vida de David,quien fué el autor de algunas de las mayores alabanzas y canciones nunca antes escritas. Se encuentran en el Libro de los Salmos y revelan el corazón de lo que Dios considera debe ser un verdadero adorador.
“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde agua no hay; para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos. Como de meollo y de grosura será saciada mi alma; y con labios de júbilo te alabará mi boca, cuando me acuerdo de ti en mi lecho, y medito en ti en las vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré. Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido.” (Psa 63:1-8)
Los versículos de éste Salmo se escribieron en el desierto de Judá, donde el suegro de David, el rey Saúl, estaba persiguiendo a David para matarlo porque David había sido llamado por Dios para convertirse en el próximo rey de Israel. En palabras de éste salmo se puede ver el corazón de un verdadero adorador, uno que persigue a Dios cuando todas las circunstancias son completamente desfavorables!
David dijo: "Yo te bendeciré mientras viva", no "te bendeciré, cuando me de la gana". David no tuvo que tener una buena banda de alabanza y adoración tocando su canción favorita antes de que él entrara en la alabanza y la adoración. En su lugar, estaba solo, en un desierto seco con todo en su vida yéndole mal, David levantó su voz para alabar al Señor. Este es el corazón de un verdadero adorador.
David escribió en el Salmo 54:6, "Voluntariamente sacrificaré a ti, tu nombre Alabaré, oh Jehová, porque eres bueno." Cuando David escribió este verso, acababa de escapar de Jerusalén cuando un enemigo le había traicionado con Saúl. David tomó la decisión de apartar los ojos de la traición y la circunstancia, y los puso en Dios. Comenzó a alabar y a adorar al Señor, porque era el deseo de su corazón, al no ser un rey. Fue un acto de su voluntad, no un resultado de un buen sentimiento emocional!
La palabra "sacrificio" en el hebreo significa "masacre de un animal, matar, ofrenda, sacrificio, muerte". Así pues, cuando David ofreció alabanza en la alabanza dura y seca, hubo una muerte ... la de su carne. Al alabar al Señor en el lugar duro y seco y en el lugar de rechazo, David puso los deseos de su carne a la muerte y el trono del Señor en su corazón. Por eso, cuando adoramos al Señor, cuando no lo sentimos y cuando levantamos nuestra voz a Dios en alabanza, cuando nadie está presente para escucharnos a nosotros o inspirarnos a la adoración, es un sacrificio de nuestra carne y un aroma dulce para el Señor!
Se dice en Apocalipsis 4:11, ”Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu placer existen y fueron creadas.” Este versículo nos dice que Dios nos creó para Su placer y disfrute, no el nuestro. Existimos para beneficio de Dios y hemos sido creados para darle gloria y para ser un deleite a Él!
Por lo tanto, el propósito principal de la alabanza y la adoración no es para nuestro placer, sino el de Dios. Es nuestro sacrificio de nuestro amor, tiempo y esfuerzo dados porque deseamos poner una sonrisa en el rostro de Dios.
Pero, cuánta gente va a un servicio religioso diciendo: "no he tenido nada de adoración hoy. No cantaron mi canción. Yo no sentí nada”. "O bien, se van diciendo:" ¡La adoración fué grandiosa hoy! Realmente sentí la presencia del Señor. Realmente obtuve mucho del grupo de alabanza esta mañana. "
Lamentablemente, en cualquier caso, la adoración ofrecida cae en la categoría de Isaías 29:13, “Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se me acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de mí su corazón, y su veneración hacia mí es sólo una tradición aprendida de memoria….”
La verdadera adoración no es, ni una actividad ni un acontecimiento. La verdadera adoración es una relación! David escribió en el Salmo 34:1, “Bendeciré al Señor en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca.” Para David y para otros verdaderos adoradores, la adoración es un estilo de vida diario, no una actividad de canto que tiene lugar la mañana del domingo en la iglesia. La búsqueda es el Señor, no una bendición que viene como una recompensa que viene de Dios porque cantaba muy fuerte, salté, o agité una bandera.
Uno de los más grandes travestismos en el entretenimiento enfocado a las iglesias de nuestros días es, que aquellos liderando alabanza y adoración no son verdaderos adoradores. Por el contrario, ellos están cantando porque les gusta cantar y están tocando sus instrumentos porque les gusta el piano, la guitarra y los tambores. Para estos líderes, el tiempo de la música es la parte más importante del servicio, ya que son el centro de atención y su talento es admirado.
Es fácil distinguir a los artistas de los verdaderos adoradores. Los adoradores tienen un tiempo diario, secreto de alabanza y de oración con el Señor. Los artistas no lo tienen. Los verdaderos adoradores que dirigen la alabanza y adoración quieren ser olvidados por el pueblo. Los animadores quieren todos los ojos sobre ellos. Los verdaderos adoradores tienen hambre de oír la Palabra de Dios ser enseñada porque quieren dar un paseo más estrecho con el Señor. Los animadores no tienen ningún interés en la Palabra de Dios, a menos que ésta les traiga otra bendición o beneficio.
La prueba de fuego de un verdadero adorador se ve en las vidas de Pablo y Silas cuando fueron golpeados y encarcelados por predicar el Evangelio.
Se dice en Hechos 16:23-25:
“Y después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad; el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo. Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban.”
Esta es la prueba y el testimonio de un verdadero adorador. Rechazado por la sociedad, en dolor, y en la cárcel, Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas! Jesús era el foco de sus vidas, no el ministerio, no el éxito, y no el placer. Cantaron, porque decidieron ofrecer el sacrificio de alabanza por su amor por el Señor, no porque esperaban recibir algún tipo de bendición o algún tipo de beneficio. Cantaron en la hora más oscura de la media noche, no el domingo por la mañana cuando el sol brillaba, los pájaros cantaban, y el grupo de alabanza estaba tocando su canción favorita.
Los resultados fueron sobrenaturales!
“De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.” vs.26
Pablo y Silas fueron puestos en libertad por un terremoto que ellos no estaban buscando. No fue libertad de la cárcel o la libertad de un problema que estaban buscando. Ellos estuvieron solamente buscando al Señor por su amor por él. Pero, cuando un verdadero adorador adora al Señor en un lugar seco y duro, cuando todo se ve mal y nada se siente bien, los terremotos vienen, porque el Señor no permitirá que sus verdaderos adoradores estén atados!
¿Es usted un verdadero adorador de Dios? Demuéstrelo.
Pastor John Koehler Joplin Church Alive
